Siempre hubo un lugar, y un preciso momento.
Mientras que sólo estaba ahí, libre de algún pensamiento.
Haciendo creer al mundo que todo lo que hacía era correcto.
Llamadas de atención y mentiras involucradas.
De un segundo a otro, sólo no existía.
Manteniendo pendiente siempre unas voces que callar.
Para al final sólo tener una tonta clase social.
Indignación y curiosidad, unas de las cosas que no podía evitar.
Nadie que exclamara ni susurrara alguna respuesta de tantas preguntas sobre lo que pasaba.
Ya simplemente estaba completamente perdido.
Era como toda una nube de confusiones. Que al final sólo un pequeño diluvio las separó, nunca nadie supo quién era ese diluvio.
Siempre juzgando, nunca ayudando.
Cosas plásticas, sin valor alguno, karma e ironías seguras.
De todo ésto está hecha la vida.
Nadie sabe vivirla, éstas sólo improvisan.
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